Cuando un usuario navega por Internet, uno de los factores que más le preocupan es la seguridad. Por ello, cifrar los datos y asegurar la protección de conexiones de terceros es siempre una garantía que permite a los usuarios navegar con cierta tranquilidad. Las VPN enmarcan las redes privadas que certifican la ocultación de la IP y que permiten que los internautas posean un total anonimato en la red. Así pues, para comprender los protocolos VPN más comunes, debemos conocer algunos conceptos y ser conscientes de qué son y qué pueden aportar a los usuarios.
Qué es una VPN y cómo funciona
VPN es el acrónimo de Virtual Private Network o Red Privada Virtual y hace referencia a la conexión cifrada y protegida que se genera cuando un usuario accede a una determinada red. Las VPN han crecido mucho durante los últimos tiempos y, además, se han visto potenciadas por las nuevas formas de trabajo que se han visto propuestas tras la pandemia del COVID-19.
Este tipo de redes privadas virtuales permiten que los trabajadores de las compañías sean capaces de acceder a información y/o equipos de trabajo desde lugares y conectividades de dudosa seguridad. De esta manera, las conexiones quedan totalmente cifradas y protegidas, inhabilitando cualquier conexión de terceros que no esté autorizada.
Existen multitud de protocolos VPN y, cada uno de ellos, aporta cualidades diferentes de las que se pueden sacar partido. Algunos ejemplos de estas cualidades son la optimización en la velocidad de carga o la seguridad que se proporciona en cada una de las cesiones de información. El protocolo VPN se encarga de cifrar y proteger los datos que el usuario envía mediante diversas peticiones a los distintos servidores de alto rendimiento en la nube.
Cuáles son los diferentes protocolos VPN
Los protocolos VPN más importantes que existen actualmente son los siguientes: OpenVPN, PPTP, L2TP/IPSec, IKEv2, y SSTP. Cada uno de ellos presenta una serie de ventajas y de puntos no tan fuertes que han hecho que la volatilidad sea una de las máximas durante los últimos años. Por ello, el peso y la relevancia de cada uno de los protocolos ha hecho que su importancia fluctúe a lo largo del tiempo.
OpenVPN
Este protocolo VPN es considerado el de mayor fiabilidad, puesto que otorga una estabilidad perfecta entre la seguridad en la transferencia de datos y velocidad de la misma. La gran cantidad de algoritmos que utiliza este protocolo, lo certifica como el más fiable en cuanto a seguridad se refiere. Además, cabe destacar que se trata de un protocolo de código abierto. Dentro de este tipo de protocolo, se encuentran enmarcados dos más: OpenVPN TCP y OpenVPN UDP.
El primero de ellos, armoniza las direcciones IP a través de una serie de reglas previamente establecidas. Se trata del protocolo con más uso para realizar las conexiones a Internet puesto que, además, contiene añadido el sistema que detecta errores por temas de conexión. Por otro lado, OpenVPN UDP está enfocado a la transferencia de los datos un nivel de latencia inferior.
PPTP (Point to Point Tunneling Protocol)
El protocolo PPTP es uno de los primeros protocolos que se tienen registros. Actualmente, su funcionamiento sigue siendo perfectamente válido. Si bien es cierto que su principal ventaja es la rapidez, cabe destacar que es un protocolo considerablemente inseguro.
L2TP/IPSec (Layer 2 Tunnel Protocol)
Es un tipo de protocolo VPN que no aporta la seguridad de forma independiente, sino que debe anexionarse a IPSec para convertirse en una de las opciones más seguras del mercado.
IKEv2 (Internet Key Exchange v.2)
Es un protocolo de VPN cuya esencia radica en la encriptación de la transacción de claves en Internet. Proporciona un gran nivel de seguridad gracias a la cantidad de algoritmos con los que opera y la capacidad para reconectarse automáticamente en momentos de conexión inestable.
SSTP (Secure Socket Tunneling Protocol)
Se trata de un tipo de protocolo que está integrado en su totalidad en los sistemas operativos de Microsoft. Su principal ventaja es la rapidez, sin embargo, goza de no tan alto nivel de seguridad. Esto se debe a su fragilidad frente a posibles ataques como pueden ser los backdoors u otro tipo de ciberataques, por lo que es un protocolo que ve reducido su aliciente.
En definitiva, el uso de una VPN va a permitir que los usuarios naveguen con un mayor nivel de seguridad en la red y evitar intromisiones de conexiones de terceros sin permisos. Gracias a la existencia de estos nuevos protocolos, las empresas pueden implantar con una total seguridad ciertos métodos de trabajo y permitir que sus trabajadores accedan a sus puestos desde conexiones que, sin la existencia de estos protocolos, sería impensable poder llevar a cabo por la vulnerabilidad de los datos.